Seguramente deseas vivir en un mundo más pacífico. Yo, definitivamente sí, y tal vez, igual que yo, te sientas que no eres lo suficientemente poderoso como para transformar y lograr ese mundo que anhelamos. Entonces, ¿por qué no comenzar con nosotros mismos como individuos? 

Podemos crear paz si vivimos en paz. Soy consciente de que esta es una tarea simple pero no fácil, sin embargo, hay varios ejercicios que me ayudan, practicar mindfulness es indudablemente uno de ellos. Aunque personalmente me resulta bastante fácil sentirme en calma y tranquila cuando estoy sola, en mi propio espacio, la pregunta es: ¿Cómo implemento los beneficios de esta práctica en mi vida diaria?

Intención Matutina
Todos los días, cuando me levanto, tengo la intención de realizar pequeños actos conscientes que me hagan sentir paz. Por ejemplo, procuro preguntarme con frecuencia: ¿Lo que estoy diciendo, escuchando, leyendo o escribiendo me proporciona paz? ¿Promueve la paz a mi alrededor? Si ese no es el caso, deliberadamente dirijo mi atención hacia algo más positivo.

Pausa y Respiración
Como directora de una escuela, muchas veces me vi en situaciones en las que los padres enfurecidos gritaban, amenazaban y, con cierta frecuencia, se ponían físicamente violentos debido a las consecuencias impuestas a sus hijos como resultado de su comportamiento. Yo sentía cómo mi corazón latía aceleradamente y a veces, instintivamente, entraba en modo de "enfrentamiento", "escape" o "inmovilidad" (del inglés “fight”, flight”, “freeze”). 

Sin embargo, cuando en cambio logré hacer una pausa, respirar profundamente, y preguntarme en forma consciente: ¿Cuál es la necesidad interna que esta persona está tratando de satisfacer con esta actitud?, ¿Cuál es la causa subyacente de esta reacción?, ¿Es vergüenza, miedo, frustración?, los resultados fueron casi mágicos. Pude sentir compasión por los padres y ellos me escucharon con mejor actitud. Eventualmente se daban cuenta del porqué de la consecuencia y, por lo tanto, estuvieron más abiertos a cumplirla. Después de experiencias como la descrita, sentí paz en mi corazón y los padres salieron de mi oficina sintiéndose mejor.

Elige tus Batallas
Otro ejemplo de lo que funciona para mí, es elegir mis batallas, cuando estoy en desacuerdo con alguien y me molesta, me pregunto: ¿Qué prefieres, tener razón o ser feliz? Casi sin excepción, elijo ser feliz.

Regla del 5x5
Hay una expresión que leí de la maestra de mindfulness y activista Shelly Tygielski. Ella lo llamó la regla del 5x5 y dice algo como: si lo que te molesta no va a ser importante en 5 años, no le dediques más de 5 minutos para estar disgustado. Desde entonces lo uso cada vez que me siento frustrada por cosas pequeñas.

No debemos olvidar que esto es una práctica y, como tal, no es perfecta. Habrán experiencias exitosas y otras no tanto. Cuando el resultado no sea lo esperado, la clave es no darle demasiada importancia, aceptarlo y conscientemente, con paciencia, volver a empezar.

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